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domingo, 4 de septiembre de 2011

PSICOTERAPIA, ARTE Y SANACIÓN

ENTREVISTA A  SILVIA J. LERNER, realizada por SILVINA CATARDI, alumna de Guionarte, Escuela Argentina de Guión.

- ¿Cómo se vincula en tu vida el arte y la curación?

- En mi vida siguen caminos paralelos pero no se unen sistemáticamente todavía. Sí incluyo la actividad artística en algunos momentos del trabajo terapéutico, especialmente trabajando con grupos. Y tengo muy en cuenta el papel de la creatividad en el desarrollo personal y el logro de una vida más saludable.
Desde siempre me expresé artísticamente porque para mí es muy liberador. Y paralelalmente me dedico a  la psicología como profesión desde hace más de 30 años. Más que el arte, diría que la creatividad es un concepto que tengo siempre presente en mi trabajo, en distintos aspectos.

- ¿En qué momento de la tarea artística sentís mayor liberación? ¿Durante el proceso o al finalizarla? ¿Sentís que a veces puede ser "perturbador" el proceso de creación?

- Para mí la tarea artística nunca es perturbadora. Perturbador es tener un problema legal, de salud, un accidente  o que le pase algo a un ser querido. Durante la creación de la obra para mí hay placer y juego. A veces pueden aparecer dificultades cuando no logro encontrar la mejor forma para resolver algo, pero eso no me perturba dolorosamente. Y cuando trabajo con emociones muy intensas lo que siento, en todo caso, es que lo perturbador sería no poder expresar esas emociones.
          Lo que sí le puede pasar a muchos artistas es que su obra los supere. En este sentido Jung dice que “a veces la obra se come a la persona”. La obra pasa a través del artista, se materializa, se hace presente a través de alguien. Según la teoría jungiana, la obra funciona como un ARQUETIPO que busca manifestarse, que de algún modo proviene de lo colectivo e inconsciente, y por ello está más allá del individuo que la manifiesta. Personalmente creo que lo que hay allí es un encuentro entre lo personal del artista y lo transpersonal del arquetipo. Ahí sí puede haber perturbación, porque parecería que la fuerza de lo colectivo puede arrasar al yo individual. Puede ser perturbador cuando la persona no está a la altura de su obra. O cuando la intensidad de lo que expresa desestructura su relación con la realidad cotidiana.  Quizás en ciertos casos el artista debería prepararse como persona, fortalecerse como canal para que pase la obra.
Luego está lo que podríamos llamar la post producción, el camino que sigue una obra de arte en el mundo… Eso puede ser perturbador en sí mismo.

- ¿Podemos sanarnos con la obra de otros?

- Me parece interesante la pregunta porque plantea la posibilidad  de sanarse con el arte sin tener que llevar el papel activo, hacerlo de manera "pasiva", como receptor – más que necesario – de la obra que otro realiza. En realidad también lleva a otras preguntas, como por ejemplo si una obra de arte es tal sin un receptor… Si es producto de “alguien” o algo que ocurre “entre”…
          Probablemente una obra de arte opere o afecte en distintos niveles, y de distintas maneras según de qué se trate y quién la reciba. También su impacto se relaciona con la época, con el tiempo propio y el de todos. No sólo con su contenido y sus formas esenciales, propias. Una obra puede ser muy impactante en un momento y ser intrascendente en otro. Es también un producto social. El impacto puede ser grato o no. Pero además cada época tiene su propio criterio de lo que significa que algo sea una obra de arte o no lo sea. Creo que lo que importa es si produce algún impacto a nivel emotivo y genera algún tipo de cambio de conciencia.
          Por otro lado, podemos vincularnos a fondo con una obra de arte si la dejamos “hablar” en nosotros, y más si no la intelectualizamos, si no la criticamos, si dejamos de lado la rivalidad con el autor. 

- Nuestra intención es regalar obras que curen, que sanen, que reconforten. Pensamos que a veces pueden funcionar mejor que un consejo. ¿Vos lo ves así?

- Simplificando mucho la cuestión, diría que la diferencia entre la obra y el consejo es que la obra opera como símbolo y el consejo como signo. El signo es plano, chato, es eso y nada más, no admite más de una lectura, de una interpretación.  El símbolo, en cambio,  puede interpretarse de distintas maneras, en diferentes niveles, permite tejer significados múltiples. Tiene vacíos o espacios no definidos que el receptor puede rellenar con sus propios contenidos. En ese sentido, estimula la creatividad del otro. Y así aparece la posibilidad de sanación. Lo propio del sujeto se combina con lo que pertenece a la obra.
          Por otro lado, la obra de arte posibilita a la persona acceder a un estado de ánimo diferente. Hay que tener en cuenta que las acciones dependen de las emociones. Nuestras emociones delimitan el marco de nuestras posibilidades de acción, definen actitudes. Si estoy triste, por ejemplo, habrá cosas que no podré hacer, acciones que no estarán disponibles para mí. O si me siento desanimada, o pesimista. Lo mismo con cada una de las emociones: propician ciertas acciones, inhiben otras. A veces uno no actúa por no saber qué hacer. Pero mayormente no actúa porque no logra la emoción adecuada, necesaria.
          Las acciones dependen de las emociones y el arte las genera o las cambia. Las obras de arte inspiran. Eso es otro efecto esencial de lo expresivo, de lo artístico.
          De todas formas creo que ustedes, con su producción y expresión, además se están comunicando.  Y en la comunicación siempre hay otro.  Y lo que le pase al otro no hay manera de anticiparlo totalmente. Por eso creo que deberían desprenderse de los resultados. Ser libres y dejar libre al otro. Hacer desde sí mismos y después soltar.  Algo de la intención de sanar y de transmitir contenidos amorosos y reparadores seguramente se imprimirá en las obras y se transmitirá.

- ¿Creés que la intención con la que se haga la obra puede quedar plasmada en ella?

- El poder de las intenciones es fuerte. Aunque deberíamos definir que entendemos cada una por “intención”… Digamos que en la obra queda plasmado algo de la conciencia que la generó. Si es un estado de conciencia superior a la conciencia ordinaria – más “iluminada”-  genera algo distinto al que lo produce y al que lo recibe. Porque a veces uno mismo se ilumina con lo que produce. Algo le llega, le sorprende, como si no le perteneciera, como si recibiera un mensaje, una respuesta que no tenía momentos antes de trabajar, de hacer, de crear. A veces hasta nos cuesta reconocer algo que hemos escrito, o pintado…
          Por otro lado, uno puede producir y sentirse mejor, pero también sentirse peor. Porque también es cierto que abrimos una puerta al inconsciente, al individual y al colectivo. Luego hay que enfrentarse con lo que aparece, y no siempre se integra con facilidad.  
          Pero en términos generales creo que la tarea creativa siempre abre posibilidades.

- ¿Se podría construir un paradigma educativo que genere seres sanos?

- El concepto de salud y de enfermedad va variando con el tiempo, a medida que se descubren más cosas, a medida que comprendemos mejor al ser humano. Cada nuevo descubrimiento obliga a reordenar los anteriores, en algunos casos más que en otros. ¿Eso tiene un final?...  Nuestros recursos de investigación, de comprensión, de conocimiento,  también son limitados y van creciendo y cambiando con el tiempo. Pero  aunque tengamos todas las técnicas de investigación nunca vamos a poder descubrirlo todo. Hay cosas de nosotros mismos que no podemos ver. El ojo no logra mirarse directamente a sí mismo. Es como pedirle a un pececito que está en el agua que explique el agua. Estamos limitados por nuestras mismas capacidades de ver y entender y pensar…  Y ellas responden a los paradigmas con que ordenamos la realidad, que van cambiando a lo largo de la historia. Por ejemplo, ahora con todo el auge de la física cuántica podemos entender algunos fenómenos psíquicos de un modo más amplio. Incluso permiten abordar cuestiones espirituales, pensarlas, responder algunos interrogantes. No voy a extenderme en el tema porque es muy amplio para esta conversación … Cuando eso esté tan aceptado que se enseñe en segundo grado, seguramente habrá otras posibilidades para que la gente entienda la vida de manera distinta y la viva de manera diferente.
Pero para eso todavía falta…